Inseguridad ciudadana: la psicología del miedo

"No es fácil de ver que nuestro tiempo es un tiempo de nacimiento y de tránsito a un nuevo período. El espíritu ha roto con el mundo de su existencia y mundo de ideas vigentes hasta aquí y está en trance de hundirlo en el pasado y anda entregado al trabajo de su transformación... La frivolidad y aburrimiento que desgarran lo existente, la añoranza indeterminada de algo desconocido, son los mensajeros de que algo nuevo se aproxima. Este gradual desmoronamiento queda interrumpido por otro que cual relámpago pinta de un golpe la imagen de un nuevo mundo". GW Hegel (Prefacio a la "Fenomenología del Espíritu")

El propósito de este artículo es lanzar algunas reflexiones para el debate sobre la inseguridad ciudadana desde la perspectiva socio-psicológica. No pretendo elaborar teorías brillantes o dar soluciones mágicas. Sólo pretendo compartir parte de mis inquietudes y mis reflexiones. Tengo la impresión que estamos ante algo que va a resultar más importante de lo que parece y que va a condicionar nuestra sociedad y cultura por un largo período de tiempo. Las premisas de trabajo son:

La situación objetiva es en la actualidad instrumentalizada por ciertos aparatos de poder para poder dominar la opinión pública y crear miedo.

El miedo ha sido siempre un instrumento que tienta fácilmente a quienes detentan el poder político, económico o religioso.

La inseguridad ciudadana es un fenómeno complejo en el que actúan factores internos (personales), externos (sociales) y victimizadores (criminales) de la persona.

Hipótesis

El fenómeno de la inseguridad ciudadana en vez de disminuir va a aumentar, en parte porque las medidas que se anuncian y se aplican sólo son sintomáticas y a menudo superficiales, para contentar a la opinión publica. Y en especial va a aumentar en la medida que la brecha social se agrande tanto en el ámbito de nuestras sociedades como entre países ricos y países pobres.

Frente a ello es necesario un nuevo planteamiento de nuestro-ser-en-sociedad, del papel de los ciudadanos y de los gobiernos en el reparto de responsabilidades. Lo que sucede en la llamada "inseguridad ciudadana" no es más que una señal de alarma de una sociedad que ha entrado en una profunda crisis, la cual no tiene porque ser negativa o desastrosa en sí misma, siempre que se analice y se actúe de forma adecuada y no precipitada.

Algunas premisas

La larga historia de la humanidad es una historia de inseguridades y de violencia. Venimos de un siglo cruel y violento en el cual nuestro continente se precipitó en dos guerras mundiales y entre ellas estalló la guerra civil española. La crueldad y la violencia de estas guerras no han tenido parangón en la historia.

En las últimas décadas y en especial desde los años 90 se ha desarrollado un fenómeno que se denomina "inseguridad ciudadana". Nadie puede poner en duda que las estadísticas muestran un incremento de acontecimientos que crean un clima de inseguridad. Fenómeno en el ámbito europeo donde las campañas electorales y sus victorias están basadas en la promesa de hacer frente a la inseguridad ciudadana. El lenguaje y las gesticulaciones podrían hacer pensar que estamos ante otra guerra, esta vez contra un enemigo invisible.

Si la segunda parte del siglo XX estuvo marcada por la guerra fría, la primera parte del siglo XXI va en camino de ser la guerra contra la inseguridad, sea cual sea su origen. De la misma forma que la guerra fría impregnó toda la sociedad y permitió un sinfín de manipulaciones, es posible que esta nueva guerra se instale en nuestra sociedad de forma permanente.

Los políticos se encuentran ante un gran rompecabezas. Algunos actúan como bomberos incendiarios y otros se sienten impotentes ante un fenómeno de masas al que nadie sabe hacer frente de forma adecuada. En cierto modo ocurre como en el caso del conductor de un vehículo que empieza a deslizarse a causa del hielo y, en lugar de intentar seguir el curso de los acontecimientos y corregir la dirección cuando sea posible, aplica brutalmente los frenos con lo cual no hace más que empeorar la situación.

El concepto de inseguridad. Inseguridad y violencia

"La violencia humana siempre está planteada como exterior al hombre, y ello se debe a que se funde y se confunde con lo sagrado, con las fuerzas que pesan realmente sobre el hombre desde fuera, la muerte, la enfermedad, los fenómenos naturales". René Girard (La Violence et le sacré. París 1972, pág. 90)

Como decía al principio, la inseguridad ha sido una constante en la historia de la humanidad. Aunque siempre hay motivos para lamentarse, creo que pocos harían las maletas para viajar a períodos anteriores. Pestes, guerras, hambre, crueldad, persecuciones, terror religioso, etc. son algunas de las constantes que podemos encontrar si viajamos al pasado y que lamentablemente podemos constatar todavía en una parte importante de nuestro mundo.

La seguridad es un concepto estrechamente relacionado con la religión y lo sagrado. Todo es efímero, sólo Dios es permanente. Los que buscan su salud la encuentran siguiendo los caminos divinos. La vida eterna es la recompensa a los fieles que siguen los preceptos divinos. Seguridad y ley. No hay vida eterna si no se cumplen las leyes. Hay que plegarse a la voluntad divina. Alguien ha creado el mundo, la única seguridad frente a las calamidades es estar del lado del creador. Los rituales, los sacrificios y las ofrendas a los dioses nacen de la necesidad de obtener la "seguridad" y la protección de los dioses.

Este concepto religioso ha dejado secuelas. La seguridad me viene dada por alguien a cambio de mis ofrendas o sacrificios. Alguien es el responsable de mi seguridad. Si no me siento seguro es por culpa de alguien que no cumple su deber. Curiosamente en el contexto religioso había (y hay para los que tienen fe) un intercambio o un cierto equilibrio, la seguridad eterna me la gano con mi buena conducta. En el contexto social se ha perdido el equilibrio. Tengo derecho a que alguien me garantice la seguridad per se.

Otra herencia religiosa de lo sagrado es la de pretender que el mundo sea una antesala del paraíso. Es el complejo de Walt Disney: no podemos imaginarnos que un elefante pueda matarnos (Dumbo nunca lo haría), nos empeñamos en creer que la naturaleza es fantástica, pero olvidamos los terremotos, las inundaciones, los volcanes en erupción, los tornados, etc. Cuando no tenemos un paraíso que nos espere ni un creador que premie nuestra buena conducta, necesitamos ver al mundo libre de peligros y de inseguridades. Los terroristas suicidas no creen ya en este mundo, ni le importan sus peligros, creen que su acción les va a llevar al paraíso

La violencia es consustancial a la naturaleza humana. Desde el mismo momento que nacemos, el parto, hasta que morimos por la causa que sea, estamos en contextos violentos, entendiendo violencia como la situación en que la persona sufre una presión o una agresión física o psicológica interna o externa de forma aguda sin poder evitarla. Hay violencia cuando el sufrimiento es provocado por un agente interno o externo ante el cual el individuo se siente impotente y que actúa contra su voluntad. El infarto sería un ejemplo de violencia interna y la caída de un rayo un ejemplo de violencia externa. La violencia se caracteriza por su impacto en el curso de nuestras acciones. Deja sello. En cambio puede haber sufrimiento sin violencia, cuando hay aquiescencia del protagonista como puede ser el atleta que corre una maratón, en cambio correr obligado por soldados con metralleta es violencia.

La violencia extrema es la muerte. El impacto en el curso de nuestras vidas es total e irreversible, no se puede reparar. Los sacrificios religiosos tienen sentido por su relación con la muerte. Sin olvidar que por un tiempo estos sacrificios eran de seres humanos y después fueron sustituidos por animales. Concentrar la extrema violencia en la muerte del animal es un conjuro. Su muerte en vez de la mía. Lo sagrado ha sido durante miles de años un catalizador de las violencias. La misma cristiandad está basada en la violencia y el sacrificio, explícitamente la víctima propiciatoria muere por nosotros. Los ritos cristianos de la eucaristía se basan en recordar el sacrificio (beber la sangre y comer la carne de Cristo) y la violencia de la cruz. Lo sagrado, pues, no se puede desligar de la violencia y del sacrificio y éstos no pueden desprenderse de lo sagrado.

Desde que la religión ya no media entre la vida y la muerte, entre este mundo y el otro, y que quién ha creado el mundo no responde, empieza una etapa excepcional en la que el ser humano tiene que hacer frente a su propia realidad, se individualiza y se responsabiliza. Momento apasionante y enriquecedor, pero con una fuerte carga de responsabilidad. Si observamos la línea del tiempo, podemos observar que si consideramos que hay seres humanos desde hace unos 400.000 años y el fenómeno de emancipación prácticamente empezó hace unos siglos1, podemos comprender que la tarea de adaptarse no es fácil.

Seguramente los cambios sociales han sido tan rápidos que no se ha podido elaborar un análisis adecuado y, en particular, dotarse de estrategias sociales adecuadas.

La inseguridad ciudadana

La inseguridad ciudadana es una mezcla de inseguridades, las propias (complejos, miedos, ansiedades), las externas (empleo precario o nulo, la impotencia ante las injusticias o el no impacto del individuo en la sociedad, la presión consumidora, el dinero como valor único, etc.) y las victimizadoras (ser víctimas concretas de robos, amenazas, abusos, violaciones, etc.).

En el imaginario colectivo creemos que existe una familia, un trabajo y un entorno ideales. Los esfuerzos de la mayoría de individuos se invierten en alcanzar estos ideales o por el contrario huir de ellos de forma agresiva. Estamos ante una nueva sociedad que requiere un nuevo tipo de aportes y de lazos. La tensión entre lo deseado y lo real genera violencia. A medida que nuestra sociedad se convierte en fabricante de sueños la frustración no hace más que aumentar2.

La realidad a la que nos enfrentamos provoca una serie de conflictos y contradicciones, pero lo que es más significativo es el incremento de la ansiedad colectiva a lo largo de las ultimas décadas. No podemos hacer en este artículo un análisis pormenorizado de los avances en temas relacionados con la seguridad en nuestra sociedad. Desde vehículos con ABS hasta pinturas antiincendios, pasando por el control de calidad de los alimentos o por normas de seguridad en las instalaciones eléctricas. Podríamos enumerar una larga lista de mejoras en los estándares de seguridad. Curiosamente ya no son las "cosas" las que nos producen inseguridad (la mayor parte de accidentes son debidos a las personas no a las máquinas) sino que son las personas las que nos crean un monto "intolerable" de ansiedad (ladrones, terroristas, psicópatas, etc.). A pesar de que tengo 1 sobre 10 posibilidades de sufrir un accidente de coche a que alguien me ataque físicamente, no por ello dejo de ir en coche. El hecho de que nos roben la cartera nos supone una pérdida económica y una pérdida de tiempo enorme. De acuerdo. Pero la pérdida de nuestro puesto de trabajo es seguramente mucho más dolorosa y en términos económicos mucho más importante.

Quizás debamos explorar lo que está sucediendo en el imaginario colectivo. Posiblemente estemos ante un fenómeno de masas que desborda nuestros criterios lógicos y nuestros análisis objetivos3. En el curso de los últimos meses he estado realizando un estudio sobre un nuevo concepto, memes, que creo puede tener una cierta relación con este fenómeno social que acabamos de describir.

Las epidemias y los memes

A pesar de las estadísticas y la evidencia e que en el curso de los 20 últimos años ha aumentado la criminalidad, la mayor parte de la sociedad no ha sido víctima de ella. Aún así se ha creado un clima de "inseguridad". Podríamos decir, pues, que estamos ante una epidemia.

Las epidemias biológicas se desarrollan a partir de tres condiciones:

a) Un grupo reducido de agentes iniciales.
b) Ser capaz de "pegarse" fácilmente.
c) Encontrar un contexto favorable.

El concepto de epidemia se puede completar con el concepto de memes y ambos se pueden aplicar a la propagación del clima de inseguridad.

El término meme apareció por primera vez en 1976, en un ensayo de Richard Dawkins "The Selfish Gene"4. En aquel libro, Dawkins, un zoólogo de la Universidad de Oxford, planteaba la idea de que la evolución de las especies se podía comprender mejor desde el punto de vista de la competición entre genes.

El término "egoísta" significa que los genes actúan sólo para ellos y su sólo interés es la replicación, todo lo que quieren es pasar a la siguiente generación.

Al final del libro, Dawkins se preguntaba si había otros "replicadores" en el planeta, y daba una respuesta positiva: una unidad de imitación. Y le dio el nombre de meme, del griego mimeme.

Una hipótesis arriesgada y a su vez genial. Los seres humanos no solamente replicamos genes sino que transmitimos "unidades de información". En el fondo, todo lo que se transmite de persona a persona puede considerarse una serie de memes. Esto incluye las palabras de nuestro vocabulario, las historias que conocemos, las habilidades que hemos aprendido de los demás y los juegos que nos gusta practicar.

Se trata de copiar, imitar, pero de forma selectiva. De una jornada llena de actividades, reuniones o encuentros quizás nos quede una frase o una idea precisa. ¿Porqué ésta y no otra? ¿Cómo compiten los memes? Es cierto que la mayor parte de opiniones se dan como "copia". Empieza el rumor que el entrenador de nuestro equipo favorito ha caído en desgracia y de pronto todo el mundo espera que lo echen. Probablemente la mayoría no tiene datos objetivos para opinar sobre las cualidades y la capacidad del entrenador, pero ello no es óbice para realizar las críticas más duras. Un meme que se ha ido reduplicando. Decimos lo que nos han dicho. Pero sólo algunos memes consiguen replicarse. Están en competición selectiva.

El proceso de pensar es complejo y requiere una determinada cantidad de energía y concentración. Los memes son una ayuda preciosa. Sin gastar mucha energía podemos tener el cerebro lleno de ideas y opiniones, sin que hayamos hecho ningún esfuerzo. Sin tener que analizar nuestra conducta y plantear una serie de cambios podemos "imitar" la conducta gracias a los memes.

La competencia entre los memes es feroz. Seguramente podemos constatar que al cabo de una semana de intenso trabajo y de multitud de contactos y entrevistas, nos quedan unas cuantas ideas y frases. La mayor parte desaparece en el proceso selectivo. Las que quedan probablemente son las que tengan más posibilidades de reproducirse en el futuro.

No obstante, no debemos confundir "imitación" con contagio. Imitar es aprender algo sobre una forma de conducta a través de la observación de otros.

Los memes realizan el papel de replicadores porque en ellos se cumplen tres condiciones necesarias: se hereda (la forma y los detalles de la conducta son copiados), se producen variaciones (se copia, pero con errores y cambios) y hay selección (sólo algunos tienen éxito).

De hecho, los memes, para reduplicarse, tienen que pasar cuatro fases:

1. Asimilación por parte del individuo

Para ser asimilado, el meme, tiene que ser advertido, comprendido y aceptado por parte del huésped. La mente no es una pizarra en blanco5. Para poder ser comprendida una nueva idea o fenómeno debe estar conectada a las estructuras cognitivas que tienen que estar disponibles en el individuo.

2. Retención en la memoria individual

Por definición, los memes tienen que permanecer por un cierto tiempo en la memoria, sino no serían memes. Cuanto mayor sea su duración más oportunidades tendrá de poder reproducirse6.

Como en la asimilación, la retención se caracteriza por una fuerte selección, a la que pocos memes pueden sobrevivir. La retención depende de lo importante que la información asimilada sea para el individuo.

3. Expresión por el individuo en un lenguaje, conducta u otra forma de expresión que pueda ser percibido por los otros

Aunque la forma privilegiada de la expresión humana es el lenguaje, un meme puede expresarse por la forma que alguien camina, manipula un objeto o por la forma en que se viste.

A veces, el huésped puede estar tan convencido de la importancia del meme que no para de repetirlo a todo el mundo que se encuentra.

4. Transmisión del mensaje creado o "meme-vehículo" a uno o varios individuos

Hay muchas formas de transmisión. Podemos llamarlas señales físicas. No siempre el medio empleado es capaz de transmitir el meme de forma adecuada o sin deformaciones. Aparte del lenguaje y de la conducta individual pueden ser libros, fotos o CD-ROMs. Los medios de comunicación son vehículos en los que el contraste entre memes exitosos o fracasados es más evidente.

Si aplicamos la teoría de los memes a la inseguridad, podemos observar que se cumplen las tres condiciones para que los "memes-inseguridad" puedan reproducirse:

Pocos agentes: generalmente las informaciones que se transmiten son pocas y simples. Por ejemplo: los x son todos unos ladrones.

Se pegan fácilmente: una vez hemos oído el mensaje tres veces ya se nos queda pegado, porque despierta nuestro instinto de protección contra amenazas externas.

El contexto favorable: una sociedad que adopta con facilidad actitudes fóbicas o paranoicas en las que se pone de manifiesto que la culpa es siempre de los demás.

Probablemente dentro de la teoría de los memes las informaciones que se imitan son importantes y generan un estado de opinión acrítico, ya que no se trata de información que hemos elaborado y reflexionado si no que hemos imitado7.

Conclusión
No se trata de minimizar la importancia de que los sistemas democráticos sean capaces de dotarnos de mecanismos de protección y de seguridad. Los ciudadanos que queremos vivir dentro de un estado de derecho, tenemos que exigir a los poderes públicos que actúen con la máxima eficacia para defender nuestros espacios de libertades sin menoscabo del respeto de los derechos individuales.

La cuestión es cómo averiguar el grado de manipulación de la opinión pública por parte de determinados poderes o por parte de determinados sectores de nuestra sociedad. La teoría de los memes, que debe ser estudiada con más detalle y rigor, es una ocasión para reflexionar más a fondo y darnos cuenta que las cosas quizás no sean tan sencillas. Posiblemente la manipulación no está en dar cuenta de una realidad que es a veces dramática, sino en evitar planteamientos demasiado radicales o que puedan cuestionar los poderes (en especial los económicos) establecidos8.

Sin lugar a dudas, los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 están marcando la pauta en la carrera desesperada en busca de seguridad. Pero a nuestro entender es un error no analizar la situación desde un punto de vista más amplio y profundo. Frente a un mundo en el que la pobreza no hace más que aumentar y que los ricos lo son cada vez más, la solución de más soldados y más policía no es más que una medida que evita cambiar nada. Una sociedad que no tiene en cuenta a sus individuos, que los lanza a su suerte y que el abismo entre el deseo que se inculca de poseer y consumir con la realidad no hace más que generar frustraciones, tiene que plantearse una serie de cambios. Quizás por ello los "memes-seguridad" son tan útiles, pues ante hechos reales y problemas evidentes, no hay que plantear cambios, lo que hay que hacer es aumentar las medidas y los efectivos de seguridad y "eliminar" aquellos que han sido o pueden ser una amenaza. Así de sencillo.


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Notas:

1 "Antes de fines del siglo XVIII el hombre no existía. Ciertamente, podrá decirse que la gramática general, la historia natural, el análisis de las riquezas eran en cierto sentido maneras de conocer al hombre, pero no había conciencia epistemológica del hombre como tal" (Foucault M. Las palabras y las cosas, París 1966, p. 319).

2 "Cada sociedad tiene su régimen de verdad, su política general de la verdad: es decir, los tipos de discursos que acoge y hace funcionar como verdaderos, los mecanismos y las instancias que permiten distinguir los enunciados verdaderos o falsos, el modo como se sancionan unos y otros" (Foucault M. Sexo Verdad y Poder, Barcelona 1978, p. 236).

3 "Después de haber escapado de lo sagrado más ampliamente que las demás sociedades, hasta el punto de "olvidar" la violencia fundadora, de perderla completamente de vista, nos disponemos a reencontrarla; la violencia esencial regresa de manera espectacular, no sólo en el plano de la historia sino en el plano del saber. Este es el motivo de que esta crisis nos invite, por primera vez, a violar el tabú que ni Heráclito ni Eurípides, a fin de cuentas, han violado, a dejar por completo de manifiesto, bajo una luz perfectamente racional, el papel de la violencia en las sociedades humanas." (Girard R. La Violence et le sacré. París 1972, p. 334).

4 Dawkins R. The Selhish Gene (Oxford University Press, 1976).

5 Pinker S. The blank slate: The modern denial of Human Nature. 2002.

6 Dawkins, op. cit.

7 Cullen B. "Parasite Ecology and the Evolution of Religion" en The Evolution of Complexity. (Kluwer Academic, Dordrecht, 1998).

8 Heylighen F. "Objective, subjective and intersubjective selectors of knowledge" en Evolution and Cognition, 1997.

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