Los retos éticos de la biotecnología

El ser humano contra sus límites: los retos éticos de la biotecnología
Joan Cornet Prat

Conferéncia en la Universidad de Barcelona. IL3. 9 de Mayo 2007.Día de Europa

Es un honor para mí el poder compartir con Ustedes este acto académico de homenaje a dos ilustres profesores, celebrar juntos el día de Europa y el poder hablar de una temática que tiene una tremenda actualidad.

Les hablo como persona más que como experto. Les quiero transmitir lo que pienso y lo que me preocupa. En realidad tengo más preguntas que respuestas. No pretendo dar ni una lección ni dar ninguna receta. Estoy seguro que a ustedes como a mí nos preocupa el presente, pero sobre todo el futuro tan nuestro como el de nuestros hijos.


Si me permiten les querría resumir lo que entendemos por biotecnología:

La Biotecnología es el conjunto de disciplinas o ciencias que tiene por objetivo el estudio de los seres vivos o partes de los seres vivos con el fin de obtener bienes y servicios. Su zona de estudio está entre la biología, la bioquímica y la ingeniería química y tiene además gran repercusión en la farmacia, medicina, microbiología, la ciencia de los alimentos y la agricultura, entre otros campos. El conocimiento que disponen los biotecnólogos, que hace de vínculo entre la biología y la ingeniería química, les permite optimizar y llevar a gran escala la síntesis de productos que afectan a todos estos campos citados.

Probablemente el primero que usó este término fue Karl Ereky, ingeniero húngaro en 1919.


Una sección de la biotecnología es el uso directo de organismos para la producción de productos orgánicos (algunos ejemplos son la cerveza, los productos lácteos). Actualmente las bacterias son utilizadas en la industria minera en la biolixivation. La biotecnología también es utilizada para el reciclaje, tratamiento de residuos, limpiar las zonas contaminadas por actividades industriales (bioremediation), y para producir armamento biológico.


Existen también aplicaciones de la biotecnología que no utilizan organismos vivos. Los microchips de ADN utilizados en los análisis genéticos son un ejemplo. Hay muchísimas producciones que se hacen con sólo la reacción de las enzimas de los microorganismos.

La biotecnología moderna está frecuentemente asociada con el uso de los microorganismos genéticamente modificados como el E. coli o la levadura Saccharomyces cerevisiae para la producción de substancias como la insulina o los antibióticos. También la biotecnología se puede referir a los animales transgénicos o plantas transgénicas, como el maíz. Células animales modificadas como las del ovario del Hámster chino (CHO) entre muchísimas otras son altamente utilizadas para los ensayos de las industrias farmacéuticas. Actualmente se abren expectativas el uso de las plantas como biorreactores baratos.

La biotecnología también está por lo común asociada con la investigación de nuevas terapias y dispositivos de diagnóstico.
1.
En los últimos años la biotecnología se está desarrollando a una velocidad de vértigo. Un elemento clave ha sido poder disponer del genoma humano (2003) Por otra parte la globalización y los nuevos instrumentos de comunicación como Internet hacen que no haya fronteras y que estamos ante un fenómeno de alcance mundial. No hay día en el que nuevas investigaciones nos abran nuevos horizontes y con ellos nuevos retos tanto a nivel colectivo como personal.


Una primera reflexión que quiero proponer es la de que las nuevas tecnologías no tienen vida o mente propia, más bien somos nosotros los que tenemos que decidir que hacemos con ellas. Es decir que no están sujetas a ninguna fatalidad.

Una de las áreas más importantes en el desarrollo de la biotecnología es lo que se llama la genética y en especial la genética humana.

La genética humana está suprimiendo las viejas barreras entre lo que entendemos por social y lo que entendemos por biológico y entre lo que es natural y lo que está producido por el hombre.

2. Esta pérdida de fronteras y la velocidad de los cambios están minando la seguridad ala que estábamos acostumbrados. De hecho nos está creando una dosis importante de ansiedad. Vale decir que cuando hablo de ansiedad no lo hago en términos negativos, más bien al contrario, la ansiedad tiene unos componentes positivos. En el fondo la humanidad ha progresado en parte a partir de ansiedades. Acordemos que es una cosa buena.

3. Estamos en una sociedad plural y nadie puede imponer una moral determinada. Tenemos que encontrar formas de convivencia aunque no siempre haya consenso en las cuestiones morales.


4. Aún nos es difícil aceptar que nosotros, los humanos somos parte del reino animal y formamos parte de un complejo esquema evolutivo. Compartimos con otros seres vivientes un código genético común, el cual va a ser cada vez más susceptible de ser manipulado. Ello comporta y comportará más en el futuro una serie de cuestiones éticas muy relevantes.

Esta ansiedad que vivimos proviene de diferentes factores:

1.- No está claro si todos estos nuevos conocimientos van a mejorar o a amenazar la condición humana.

Los mitos griegos nos ilustran sobre ello. Prometeo el dios que dio el fuego a los humanos es castigado por Zeus por haber dado demasiado poder a los humanos.

2.- El constatar la fragilidad de los sistemas de creencias tradicionales como son las religiones occidentales, nos dan inseguridad acerca de que pensamos que somos, que hacemos y con que fin estamos aquí.

3.- Hay pocos puntos de referencia acerca de lo que es moralmente correcto y como debemos actuar.

4.- Hay consciencia de que el progreso científico va acompañado necesariamente de un cierto nivel de incertidumbre y de riesgos Así pues no siempre podemos estar seguros de las consecuencias que determinadas aplicaciones proyectan.

5.-Nuestra ansiedad también proviene de que cada vez más la autoridad moral y la responsabilidad moral está en los hombros de las personas

6.- En el mundo occidental no hemos alcanzado consensos importantes sobre muchos de los dilemas éticos a los que hemos de hacer frente. Un ejemplo de ello es el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo o incluso el uso de anticonceptivos.



Una de las grandes responsabilidades que debemos afrontar en el siglo XXI es como encajamos las repercusiones sociales y personales de los conocimientos científicos y como los poderes públicos actúan al respecto. Es lo que denominamos la ética que tiene en cuenta los intereses de unos y otros cuando hay que decidir determinadas acciones. En una sociedad democrática como la nuestra lo podríamos llamar empatía social.


Volvamos a la biotecnología y en especial a la genética.

El proyecto denominado Genoma Humano empezó en 1986 por un mandato del Congreso de los Estados Unidos al Departamento de Energía (DOE) en el que se pedía una evaluación y análisis de los efectos de la radiación en la salud humana. (1)

En realidad el proyecto definitivo del genoma humano empezó el año 1990 con el objetivo de alcanzar sus objetivos el 2005, pero finalizó el 2003. Tras su publicación podemos decir que ocurrió un poco como cuando descubrimos que la Tierra giraba entorno del Sol. La enorme similitud genética entre humanos y la estrecha diferencia con los primates dio al traste las fantasías de los seres humanos “como seres únicos”.

Sin lugar a dudas todas las enfermedades tienen una base genética. Es más, se ha demostrado que más de 4000 enfermedades llamadas raras son debidas a una sola mutación de un solo gen. En la actualidad hay centenares de kits de pruebas genéticas en el mercado.

Aún así no estamos todavía ante una técnica de intervención genética que permita terapéuticas concretas. No es sencillo. En parte por lo que se llama “lag time”, es decir el intervalo entre el descubrir la enfermedad y el gene mutado correspondiente.

Todo ello tiene un importante impacto psicológico. Sabemos lo que podría ser pero aún no es.

No obstante lo que tiene una gran importancia es aquello que denominamos medicina preventiva y terapias individualizadas, la terapia genética y la mejora genética.

¿Como iremos regulando la aplicación de estos conocimientos?

¿Si se puede diagnosticar antes de nacer una determinada tendencia genética hacia una determinada enfermedad, porque no intervenir?

Pero si podemos intervenir para cambiar determinados genes, digamos patológicos, ¿porque no actuar en positivo y mejorar determinados aspectos como puede ser el color de los ojos, la altura, y porque no, la inteligencia? ¿ Debemos disponer libremente de la vida humana con fines selectivos?

En el caso del diagnóstico de preimplantación, especialmente en el estado embrionario en el caso de la fecundación asistida, ya es difícil actualmente respetar las fronteras entre exclusión de caracteres hereditarios indeseables y la optimización de los deseables.

Hay otra área de investigación llamada “Pharming” que trata de producir animales transgénicos que permitan obtener determinados productos terapéuticos para los humanos, así como los “Xenotransplantes” de los cerdos a los hombres. ¿Como garantizamos el que no comporten la transmisión de determinadas enfermedades o efectos laterales no deseados?

Igualmente hay un área de investigación en plena expansión que la denominamos “Identificación” bien conocida por los llamados “tests de paternidad” y que pueden dar como resultado la creación de bancos de datos por ejemplo de individuos, que han sido procesados por determinados crímenes. En UK ha habido un apasionado debate sobre ello.

Pero si estamos ante una serie de encrucijadas por lo que respecta a la salud humana, también ante otras en el ámbito de la agricultura y de la cría de animales.

Con los genes de un conejo se puede mejorar los cultivos de algodón de forma que se puede obtener unas fibras más brillantes y suaves y al mismo tiempo más resistentes y capaces de dar más calor. O un nuevo tipo de arroz que con genes de soja incorporan una mayor cantidad de hierro, con lo cual se podría mejorar la alimentación de un 30% de población del mundo que no tiene otra manera de incorporar hierro en su dieta.

No entraremos en el complejo debate de los cultivos genéticamente modificados. Sólo recordar la enorme diferencia entre la posición de la ciudadanía de los estados Unidos con la Unión Europea.


Hablemos de ética. Kant con su teoría de la justicia y Kierkegaard con su teoría del “poder ser sí mismo” nos pueden dar una mano.(2)

En el fondo las dos cuestiones fundamentales son:

¿Qué hace el hombre con el tiempo que dura su vida?

¿Qué debo hacer yo con el tiempo que dura mi vida?

Helmuth Plessner distinguía entre “Ser cuerpo”( Leib) y “ Tener cuerpo” (Körper). Con la biotecnología se desvanece progresivamente la frontera entre la naturaleza que somos y la dotación orgánica que nos damos. (3)

En la carta de los Derechos fundamentales de la Unión Europea proclamada en Niza en su artículo 3, garantiza el derecho a la integridad física y espiritual y establece “ la prohibición de prácticas eugenésicas, en particular aquellas cuyo objetivo sea la selección de personas”, así como “ la prohibición de clones reproductivos de seres humanos”. ¿Pero que sucederá en otras regiones del mundo?

Jürgen Habermas afirma “El desplazamiento de las fronteras entre casualidad y libre decisión afecta la autocomprensión en un total de personas que actúan moralmente y están preocupadas por su existencia”.(4)

Por otro lado los defensores de la eugenesia liberal como John Robertson no duda en afirmar “Si los profesores y los campamentos especiales, incluso la administración de la hormona del crecimiento para aumentar la estatura unos centímetros, entran en el ámbito de la discreción parental ¿porqué la intervención genética con objeto de perfeccionar las características normales de los descendientes debería ser menos legítima? ( 5)

En cualquier caso el debate está servido. Siguiendo a Habermas y Kierkegaard se trata de “Poder ser sí mismo” es decir hemos de poder autocomprendernos y comprender los valores de los demás individuos insustituibles. El equilibrio de lo propio y de lo ajeno es la clave seguramente del mundo del futuro. El cuerpo tiene que seguir como algo natural inscrito en la libertad.


Los principios son necesarios en la vida, nos ayudan a tomar decisiones, son ideas fundamentales que ayudan a guiar nuestra conducta. Decía alguien: “Cuando uno basa su vida en principios, el 99 por ciento de las decisiones ya están tomadas”. Chesterton, gran pensador ingles, que conocía el interior de las personas dijo: “Tomar decisiones morales es siempre una cosa terriblemente confusa para quien carece de principios morales”, y W. Churchill decía: “Hay quienes cambian de partido por razones de principios, pero hay otros que cambian de principios por razones de partido”.

(1) Human Genome Project www.genome.gov
(2) S. Kierkegaard. La enfermedad mortal (o de la desesperación y l pecado) Madrid. Guadarrama 1969
(3) Helmuth Plessner. Die Atufen des Organicen (1927) Gesammelte Schrften, Vol IV Frankfort del meno 1981
(4) Jürgen Habermas El futuro de la naturaleza Humana . Paidós 2002
(5) John Robertson, citado según N.Agar en H. Khuse y P. Singer ( 2000) págs 172 y sigs.



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